domingo, 5 de diciembre de 2021

1 AÑO DE REFLEXIÓN

Un año aquí en Cyprus. 

Cuando hablo con amigos o familia de cuando en cuando siempre me preguntan si extraño Perú. La respuesta es SÍ. 

Obviamente uno extraña lo que conoce. En Perú no solo tengo a mi Madre que me enseñó a ponerle fuerza a las dificultades, a no nunca decir "No se puede", me enseñó que proyectar lo que uno quiere te ayuda a planificar tus acciones para llegar ahí. Tengo hermanos que me brindan apoyo constante, así a veces no entiendan mis decisiones. En Perú tengo el recuerdo bonito de mi papá Guz, quien a su modo siempre trató de entenderme y apoyarme, incluso cuando le dije que quería irme a estudiar afuera y tratar de hacer una vida afuera, lo único que me dijo fue "No entiendo por qué te quieres ir, pero ve, conoce y si necesitas regresar estaremos aquí para ti". 

Uno da por sentado todo eso, cuando uno está con su familia día a día tomando desayuno, almorzando, peleando, riendo, conversando, viendo TV o leyendo el periódico, das todo por sentado. Uno sin darse cuenta asume que la familia siempre estará a tu lado hasta que ya no lo está y todo empieza a tomar sentido. Extraño pelear con mi mamá porque siempre me está sobrealimentando, ya que para ella siempre estoy flaco y pasando hambre. Extraño pelear con mis hermanos por el control de la TV, decirles "Imbécil" y que me respondan "Idiota", en lugar de decirnos "Buenos días". Extraño pedirle a mi papá que me despierte a las 7am para ir a trabajar y que me despierte a las 6am diciendo que son las 8am. Las parrillas, las bromas, el raje...

No es lo mismo hacer una videollamada pero es lo más cercano que puedo estar con ellos. Y de algún modo u otro verlos de cuando en cuando. A mi papá siempre una oración, un recuerdo bonito y decirle que nos cuide. 

Bueno...

No solo dejé familia, dejé amigos. Gente que conozco por muchos años, otros que conozco menos tiempo y aún así formaron parte importante de mi vida. Extraño tomar cervezas en la puerta de mi casa y hablar de los últimos sucesos importantísimos en nuestras vidas (el chisme), extraño ir borracho a bailar al Bongo, luego comprar una Marian-burger camino a casa (la bajada).

Sí, extraño la comida también. Los agachados, los restaurantes grandes, los pequeños, la comida de paso, TODO. 

Disclouser: NO EXTRAÑO EL TRÁFICO DE LIMA

Pero este año fuera también he aprendido y valorado nuevas cosas.

Entendí que está bien salir solo a tomar un café o una cerveza. Aprendí que decir "No puedo porque ahora no tengo las ganas" es válido y está bien sentirse así a veces. Me di cuenta que cultivas amigos preguntando cómo están, enviando un mensaje para saludar, dar los buenos días. 

APRENDÍ que no tomar mucho está bien. Aprendí a disfrutar de un buen libro y un café caliente. 

Lo más importante que aprendí es que cada persona viene con una historia distinta, y plagada de capítulos buenos y malos. Entendí que a veces una persona no es parte de tu historia, sino que tú eres parte de la historia de la persona. Aprendí nuevas formas de ayudar y aprendí nuevas formas de cuidarme.

Un año lejos de casa te cambia la perspectiva de las cosas, te das cuenta de todas las armas que tu familia y la vida te ha dado para afrontar la vida, y te ayuda a aprender nuevas. 

Sobre todo a valorar y no dar por sentado nada. 



CG

No hay comentarios:

Publicar un comentario